Por Julissa Reynoso, Psicóloga y Consejera Bíblica Familiar
Si nuestros pensamientos fabricaran caminos, ¿cuáles serían los destinos principales?, y qué caminos serían los más transitados?
Si nuestras emociones, y nuestras ideas también crearan rutas, ¿cuáles serían los lugares a los que finalmente llegarían?
Tenemos muchos hábitos. Hasta en las cosas a las que les ponemos más atención, nuestra mente decide ignorar ciertos asuntos que bien pueden ser recuerdos, personas, conocimientos, hechos… ¡uf! …ojalá fueran resentimientos, inseguridades, flaquezas y afines, pero lamentablemente no todo lo que ignoramos es lo que debiéramos soltar, y aquello a lo que le ponemos atención no siempre es lo que más nos conviene.
Para establecer prioridades es necesario un reconocimiento honesto del lugar en el que nos encontramos en varios aspectos, por ejemplo: salud espiritual, física, mental, emocional y social, aspecto familiar, laboral o escolar, y personal, …Después de ese reconocimiento en el que podemos identificar nuestro grado de satisfacción, es cuando lograremos darnos cuenta de qué es lo que necesitamos para estar satisfechos y en completa paz con nosotros mismos y, también podremos descubrir aquello que deseamos con gran anhelo.
Muchas veces creemos que queremos algo, porque le hemos puesto demasiada atención y no reparamos en el descuido que hemos tenido en asuntos importantes de nuestra vida, quizá porque hemos sentido excesiva confianza, creyendo que contamos con lo que tenemos de manera inagotable, o porque no hemos tenido oportunidad de extrañarlo.
Antes de establecer tus objetivos, sé muy claro en tus prioridades, la congruencia debe comenzar con la coherencia: Primero lo primero. Lo más preciado en nuestra vida es el tiempo, y este es finito para cada quien, un día …simplemente terminará, esta es entonces, una de las reflexiones más cruciales que tienes que hacer. Así reconocerás hacia donde está el norte en la brújula de tu existencia. Gracias a dios, los recursos suficientes y necesarios, los tenemos, ahora a trabajar.
Te sugiero realizar el siguiente ejercicio:
Enumera jerárquicamente lo más importante en tu vida: valores, relaciones, actividades (tanto aquellas que son por compromiso como aquellas que son por gusto) y dales un valor de satisfacción (puede ser del 1 al 10).
Llevar a cabo este ejercicio, te ayudará a identificar las cosas que urgen, a saber cuáles son las cosas a las que pones más atención y qué cosas pueden esperar un poco.
De modo personal, te sugiero cuides que tus prioridades se basen en valores incorruptibles, de esa manera, tu mente, corazón y espíritu estarán a salvo, en realidad es un consejo escrito en un gran libro: La Biblia.
“No acumulen ustedes tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido corroen, y donde los ladrones minan y hurtan. Por el contrario, acumulen tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido corroen, y donde los ladrones no minan ni hurtan. Pues donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón”. Mateo 6:19-21 RVC
Tomando en cuenta esto, enfoca tu rumbo en el “norte”, disfruta el paisaje, pero no desvíes la concentración de tu brújula.
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