Por Arturo Rickman, pastor en Panamá.
Cuando alguien está sufriendo de dolor emocional, puede causar dolores físicos y problemas de salud. En algunos casos, nuestra salud emocional también puede afectar nuestra salud espiritual y puede trasladarse a otras partes de nuestras vidas. Ser capaz de perdonar puede desempeñar un papel importante en nuestra salud en general.
Esto es comprensible ya que el perdón está realmente en el centro de nuestra vida espiritual. El perdón trae paz y esperanza. Leemos en la Biblia “si perdonan a otros sus ofensas, también los perdonará a ustedes su Padre celestial. Pero, si no perdonan a otros sus ofensas, tampoco su Padre les perdonará a ustedes las suyas (Mateo 6:14-15).” Cuando perdonamos, podemos ser perdonados. Consideremos la importancia del perdón para nosotros mismos y para los demás.
¿Qué es el perdón?
Perdonar significa diferentes cosas para diferentes personas. Pero generalmente implica una decisión de dejar atrás el rencor y los pensamientos sobre venganza.
Quizás siempre recuerdes el acto que te ofendió, pero el perdón puede disminuir el poder que tiene sobre ti y ayudar a que te liberes del control de la persona que te hirió. El perdón puede incluso llevar a tener sentimientos de comprensión, empatía y compasión para la persona que te hirió.
Perdonar no significa olvidar, ni encontrar excusas para el daño que se te hizo, ni necesariamente reconciliarte con la persona que te causó el daño. Pero perdonar da un tipo de paz que te ayuda a continuar con tu vida. Dejar atrás los rencores y la amargura puede dar lugar a una mejor salud y más tranquilidad. Algunas personas por naturaleza pueden perdonar más fácilmente que otras. Pero casi cualquiera puede aprender a perdonar más.
Desde el punto de vista de los cristianos, el camino de la fe comienza con el Bautismo, que nos da nueva vida en Jesús y nos reconcilia con Dios, nuestro Padre Eterno. Dado que somos hijos bautizados y perdonados por Dios, estamos en condiciones de perdonar a cualquiera que nos haga daño.
La Idea Central
Dios nos lleva a perdonar porque sabe que el perdón puede sanar y traer paz. Incluso la comunidad científica confirma los beneficios saludables del perdón. Dios nos muestra el mejor ejemplo de perdón en la cruz, donde Jesús se sacrificó a sí mismo para que pudiéramos tener perdón con Él y la vida eterna en los cielos. “Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna (Juan 3:16).”
Como cristianos, pedimos que, por amor de Cristo, podamos conocer la alegría y la paz de ser perdonados y de perdonar a los demás. El perdón puede traer sanación y libertad.