Por Elton Fischer – Capellán de la Universidad de Carazinho \ RS – Brasil.
La oración anterior es parte de un cómic de Snoopy. Snoopy y Charlie Brown están sentados junto a un lago, reflexionando sobre la brevedad de la vida. Entonces Charlie Brown le dice a Snoopy: «Algún día todos moriremos, Snoopy». A lo que Snoopy responde: «Es cierto, pero no cada dos días».
Estamos en un mes en el que reflexionamos sobre el tema de la muerte, la brevedad de la vida, la pérdida de seres queridos, recuerdos que se quedaron en silencio dentro de nosotros cuando alguien a quien amamos se fue.
La mortalidad es un hecho. La Biblia misma dice: «Entonces nuestro cuerpo volverá al polvo de la tierra, de donde vino, y nuestro espíritu volverá a Dios, quien lo dio». (Eclesiastés 12.7)
Sin embargo, el hecho de que vayamos a morir no debería ser una justificación para desperdiciar nuestra vida con odio, rencor, dolor, tristeza, intolerancia o egoísmo. Al contrario, saber que un día vamos a morir no es más que el final de un ciclo natural y biológico. Y este “más”, marca la diferencia, ya que tenemos todos nuestros días para vivir y celebrar, más aún, cuando por fe sabemos que no estamos solos.
La esperanza de cada amanecer debe hacernos descansar en las manos del Padre sabiendo que si nos despertamos Él estará con nosotros y si no nos despertamos estaremos con Él.
La idea del tiempo tiene diferentes dimensiones para cada uno de nosotros según las fases de nuestra vida. Sin embargo, por mucho que sea el tiempo que nos quede, el paso de la muerte no debe ser un impedimento para vivir una vida plena con alegrías, errores y aciertos, derrotas y victorias, pero con esperanza.
Si tú, como yo, ya has perdido a alguien que amas, trata de guardar en tu interior recuerdos positivos y consejos que puedan acompañarte en tu viaje. Tenemos la gracia de que todavía estamos aquí. Pongamos en práctica la alteridad y el amor por los demás, ya que estamos vivos. Y cuando nos vayamos, que nuestra esperanza esté en las palabras del mismo Maestro: “Porque yo vivo, tú también vivirás” (Juan 14:19).
Conoce nuestro contenido sobre «Superando las pérdidas».