Acoso escolar

08/12/2022

Por Victoria Aviles, Ciudad de México

Cuando hablamos de acoso escolar podríamos imaginar niños o jóvenes molestándose en forma de juego o broma.

Pero, la realidad es que el acoso va más allá de algo que parece gracioso…

Hostigar, molestar, denigrar, o maltratar de forma física, verbal o psicológica; también son formas de acosar a una persona, y es que lo que para nosotros puede parecer divertido para la otra persona puede ser en un tormento.

Desafortunadamente este tipo de situaciones se han normalizado tanto, que hoy en día no nos sorprende escuchar que alguien decidió cambiar a su hijo de escuela, o que el alumno dejó de asistir, incluso escuchar que alguien se retiró de alguna actividad artística o deportiva porque lo molestaban, y esto es en los casos “menos graves”,

Lamentablemente hay un gran número de personas que han decidido quitarse la vida debido al acoso del que eran víctimas.

Muchas veces este acoso nace dentro del mismo hogar, y se da de una forma tan sutil que no lo notamos; podemos hacer bromas hirientes, o chistes de los rasgos físicos de nuestros familiares, usamos apodos que denotan nuestras características personales, pero en cada una de ellas buscamos resaltar lo que ante nuestros ojos son imperfecciones. 

Normalizamos tanto este tipo de comentarios que sin darnos cuenta los hacemos con referencia hacia nosotros mismos.

Que un niño,  joven, o un adulto considere quitarse la vida como una salida al acoso, es algo que como sociedad debería preocuparnos y concientizarnos del daño que este tipo de actitudes pueden causar.

Debería llevarnos a reflexionar, arrepentirnos y cambiar estas cosas de las que participamos diariamente consciente o inconscientemente.

Todas las vidas en este mundo son importantes y valiosas, cada ser humano es creado con características, rasgos y peculiaridades únicas que lo forman y le dan una identidad.

Recordar que todos hemos sido creados a imagen y semejanza de un Dios perfecto, puede ayudarnos a desarrollar la empatía que necesita nuestro prójimo.

Pensar en las diferentes situaciones y contextos en los que cada uno de nosotros crece, y vive actualmente, las luchas diarias a las que nos enfrentamos, aquellas cosas que no expresamos, los sentimientos que no podemos ver, la forma en la que asimilamos las cosas, todo lo que va formando nuestro ser.

Permíteme compartir este texto contigo: 

Tú hiciste todo mi ser, tanto mis sentimientos como mi cuerpo, desde que me hiciste tomar forma en el vientre de mi madre. Salmos 139:13

Cada uno de nosotros fue creado con especial detalle, con cuidado y amor, por esto es que se vuelve tan importante el poder empatizar y amar a nuestro prójimo, aunque ante nuestros ojos sea tan distinto, tratemos nuestra persona, nuestros amigos, familiares, y conocidos con amor y respeto, seamos esa compañía cálida y segura que siempre quisimos tener.

Conoce nuestro contenido sobre «Conozco a alguien que tiene pensamientos suicidas, ¿qué puedo hacer?»

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