Por Cynthia González, Ingeniera en Paraguay.
¡Las vacaciones terminaron!, ya los chicos están a días de volver a las aulas, pues en algunos países con sectores privados comienzan a principios de febrero y en sectores públicos a finales del mes. La vuelta a clases es un hecho; y junto con la compra de útiles escolares, la puesta a punto de los uniformes, también deben ajustarse las rutinas familiares, que es esperable que se hayan flexibilizado bastante, en muchos casos, durante el receso de verano.
Se suma a estos cambios familiares: menos horarios estrictos de almuerzos, menor tolerancia a la hora de acostarse y seguramente mayor horas en el uso de las tecnologías como notebooks, teléfonos celulares y tablets para el uso dinámico de las tareas e investigaciones de las escuelas.
Lastimosamente…. NO EXISTE una fórmula mágica para resolver los hábitos y rutinas que concierne a toda la organización familiar para el regreso a clases, pero sí es sumamente necesario obtener un hábito de tareas, no sólo porque organizan el día, sino también ayudan a que la vida escolar sea más llevadera sin la necesidad de un descontrol emocional, que muchas veces como familia nos afecta de gran manera.
Es sumamente importante la COMUNICACIÓN de los compromisos externos que también se tiene como familia, como ejemplo: Clases de extraescolares o los mismos momentos de ocio como cumpleaños o actividades familiares de recreación, de modo que, nos ajustemos con los horarios. Debemos tener en cuenta como familia que la organización nos llevará unos días para volver a acomodar el sueño y regular el nuevo cansancio, pero todo valdrá la pena. No debemos estar ajenos a aprender cosas nuevas y enriquecer nuestras experiencias, pues un día esta etapa pasará y veremos el fruto cuando ya nuestros hijos sean profesionales y logren sus propias metas personales, entonces ese día diremos todo valió la pena. Nuestro acompañamiento como padres es fundamental en cada etapa de la vida de nuestros hijos, sobre todo recordar que somos sus mayores modelos, y para esto tenemos a nuestro Padre celestial que nos acompaña, guía y protege en todas las etapas de la vida. “Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre.” (Hebreos 13:8)