Thiago Heine, Psicólogo
¿La vida viene perdiendo su brillo últimamente? ¿Las tareas cotidianas parecen más difíciles? ¿Ya no sientes tanto interés por las cosas o las personas que te rodean? Vamos a hablar de una herida abierta que muchas veces no confesamos por vergüenza o miedo de no tomarnos el tema en serio. La depresión es una enfermedad que puede afectar a todas las personas y merece atención. Tú mismo puedes estar sintiéndote mal, (sin embargo, no distingues si lo que sientes es una tristeza pasajera…) pero no saber diferenciar si lo que sientes es una tristeza pasajera o si estás deprimido y necesitas hacer algo al respecto.
¿Te parece si hablamos del tema?
322 millones de personas afectadas por la depresión en todo el mundo
La depresión afecta a 11,5 millones de brasileños, siendo éste el país latinoamericano con más personas afectadas. En esta estadística, le sigue Cuba con 5,5 % de la población, Paraguay 5.2% y Uruguay y Chile con 5%.
De 2005 a 2015 la depresión aumentó un 18,4% en la población mundial.
El mal del siglo
Ya debes haber oído que la depresión es el mal del siglo, ¿verdad? Y, por desgracia, eso es verdad. Pero antes de entrar un poco más en el asunto, vamos a definir qué es la depresión.
Hoy en día la depresión parece estar en evidencia, pero realmente esta enfermedad mental es muy antigua. Algunos siglos antes de Cristo, Hipócrates (médico de la antigua Grecia) definió la depresión como «melancolía». Con el paso del tiempo se realizaron más estudios y se llegó a la definición de que la depresión es una pérdida de sí mismo. ¿Qué quiere decir eso? quiere decir que es un estado en el que la persona tiene sentimientos de melancolía, tristeza, desánimo e irritabilidad que perjudican su vida personal y colectiva.
Por ser una enfermedad que «no sangra», es decir, que no es tan visible como una fractura en un hueso, la depresión puede quedarse mucho tiempo dentro de nosotros sin que aceptemos o tengamos verdadera consciencia de lo que nos sucede. En una sociedad en la que parece prohibido estar tristes, hay una sobrevaloración de la felicidad y con eso, esa enfermedad puede ser olvidada, dejada de lado o minimizada.
¡Estamos aquí para escucharte!
Depresión vs. Tristeza
Es difícil saber si lo que tenemos es un episodio de tristeza o si lo que estamos padeciendo es un estado de depresión, hacer una diferenciación entre ambos puede ser confuso, sin embargo, es muy importante pensar en los efectos que la “tristeza” tiene sobre nuestro estado de ánimo y frente a la vida cotidiana.
¿Recuerdas cuando te sentiste triste por perder aquel trabajo? ¿O por el rompimiento de esa amistad de tantos años? ¿o el título que nuestro equipo perdió? ¿O por aquel noviazgo que no funciono y que dolió tanto terminar?
Es absolutamente normal ese estado de tristeza y más que eso es muy importante sentir y vivenciar esta situación para poder seguir adelante mientras esta herida cicatriza.
¿Podemos darte una sugerencia? Mira la película «Intensamente», de los estudios Pixar. Puede parecer una película de animación infantil, pero te sorprenderás de lo que podemos aprender respecto a nuestro comportamiento.
Si esta tristeza persiste por bastante tiempo, puede afectar y perjudicar la vida de la persona en diversos sentidos y puede convertirse en una enfermedad que debe ser acompañada y tratada por profesionales de la salud, como psicólogos y psiquiatras que lo asistan.
Debemos estar alerta cuando esta tristeza se queda con nosotros por un largo período y pasado algunas semanas o meses no vemos ninguna señal de mejoría. Puede que también empecemos a perder el interés en actividades que hacíamos antes, como estar con la familia, salir con los amigos, practicar algún deporte, ir al cine, o incluso tener dificultades para dormir, pérdida o ganancia excesiva del apetito, falta de energía física, disminución del deseo sexual, entre otros elementos que lo afecten a nivel personal y en su vida social. ¿Puedes identificarse con alguno de estos?
Sin embargo, factores emocionales como frustración, estrés, entre otros, tiene un período de menor duración. Por ejemplo, puedes estar enfrentando un proceso de duelo, pero sabes que él tendrá comienzo, un tiempo medio y un fin. Conseguirás enfrentarte y superar esa pérdida o este dolor emocional, a pesar de la tristeza.
Es importante que frente al estado de tristeza puedas tomar medidas de precaución para evitar que se prolongue por mucho tiempo y acabe transformándose en un cuadro patológico, o sea, en un trastorno depresivo.
La «química» de la depresión
Una de las causas de la depresión puede ser su origen químico, es decir, una falta de regulación de los neurotransmisores que hacen que las neuronas se comuniquen y que equilibren su sistema interno. Sin embargo, detectar por exámenes la causa de la depresión sigue siendo muy incierto en el medio científico, pues la depresión tiene su origen en diversos factores y no en algo único.
Se dice que quien sufre de depresión tiene una caída en la producción de serotonina, la cual es responsable por generar sentimientos de placer, energía, etc. Sin embargo, Un diagnóstico de la depresión solamente sobre la base de la química ignora todos los elementos que hemos mencionado anteriormente.
Si haces el tratamiento usando medicación es importante saber que el antidepresivo no curará la depresión, sino que aliviará los síntomas y con eso, lograrás restablecer el funcionamiento original de tu organismo. Pero el recurrir a una ayuda profesional de parte de psicólogos y psiquiatras puede ser muy efectivo para tu tratamiento. El psicólogo analizará las causas de tu problema y el psiquiatra los efectos de tu problema, es decir, una mirada completa de lo que está ocurriéndote.
Señales de alerta
Algunas características importantes para observar en cuanto a esta enfermedad silenciosa son:
- Cambio en el apetito y en el peso – en general, disminución.
- Cambio en los hábitos relacionados con el sueño: insomnio o deseo de dormir exageradamente.
- Fatiga o falta de energía.
- Pérdida de interés por las actividades cotidianas.
- Disminución del deseo sexual.
- Incapacidad de concentración, dificultad para recordar cosas o tomar decisiones.
- Sentimientos de extrema tristeza, desesperación, culpa, auto reprobación o falta de autoestima.
- Ideas de suicidio.
5 consejos para combatir la depresión
La depresión aparece de diferentes maneras, pero ¿Cómo poder observar e identificar ese trastorno de una forma más clara y efectiva?. Puedes recurrir a medicación que te ayudará temporalmente, pero si no miras más profundamente sobre eso, la necesidad de usar estos recursos será cada vez más necesario.
1 – Admitir: Este primer paso es muy importante, pues mientras no reconozcas la gravedad de tu problema y de que necesitas ayuda, no estarás haciendo nada por ti mismo y tampoco permitirás que los demás también lo hagan.
2 – Establecer una rutina: Crea hábitos que te ayuden a estructurarte mejor externamente, a dar rumbo a la vida y hacer las cosas caminar en los senderos nuevamente.
3 – Desafiar pensamientos negativos: El trabajo mental es una de las principales herramientas en la lucha contra la depresión. Los pensamientos negativos o pesimistas vendrán, pero no te apegues a ellos; deja que pasen y esfuérzate en pensar en las cosas simples y buenas de la vida, por más sutiles que parezcan. No es fácil, pero es un condicionamiento importante en este proceso.
4 – Muévete: Practica ejercicios. Sal con tus amigos. Participa en los encuentros familiares. Haz algo que te dé placer.
5 – Encontrar servicios de apoyo: Buscar ayuda especializada en el tema, busca profesionales del área de la salud. Consulta tu plan de salud o los servicios públicos ofrecidos en tu ciudad.
Convivir con la depresión no es fácil… ¿Pero qué tal practicar estos consejos un día a la vez celebrando las pequeñas victorias? Lo importante es volver a mirar tus días y tu vida con más cariño y caminar en busca de un equilibrio. Y si en esa caminata es necesaria la ayuda de un profesional, sea un psicólogo o un psiquiatra, debes saber que esto no debe darte vergüenza alguna, por el contrario, tú vas a ganar confianza sabiendo que no estás solo en esta lucha.
¡Estamos aquí para escucharte!
¿Y QUÉ MÁS?
No es fácil hablar de esa herida que muchas veces es ridiculizada o disminuida por las personas que no nos comprenden, pero hablar de esto es posible y es necesario. Tú estás sufriendo, estás angustiado, melancólico, triste, sin ver la famosa «luz al final del túnel».
Estudios importantes indican que la principal variable para el bienestar humano es la calidad de nuestras relaciones. Y eso no quiere decir números, sino la importancia del vínculo. La calidad de tus relaciones será uno de los grandes pilares para que te sientas bien. La depresión juega muy astutamente con nosotros, sólo piensa… ¿Cuál es su voluntad cuando estamos deprimidos? Esta quiere que estemos solos, aislados y que nos alejemos. Es importante luchar contra ese ímpetu de querer estar solo. Recuerda que este desafío puedes enfrentarlo con apoyo. Acércate a esas personas importantes para ti, busca en ellas esa fuerza necesaria para que logres salir del agujero, es importante que puedas dar el primer paso para mejorar tu vida.
Mantente atento a las reacciones físicas, pues sabemos que el cuerpo habla y nos muestra cómo están nuestra salud mental y espiritual. Este es un momento oportuno para preguntarte ¿Cómo anda mi fe? ¿Confío qué vendrán días mejores?
Cada persona sentirá la depresión de una manera particular y única; sin embargo, es importante que busques atención de un profesional de la salud mental como psicólogo o psiquiatra, ya sea privado o público, para ayudarte a entender lo que está sucediendo y poder facilitarte el retorno a un camino bueno y saludable para tu vida.