El escuchar a alguien decir que quiere morir o que es una opción para la persona puede paralizarnos, nos hace sentir incomodos y no sabemos cómo responder. El hablar del suicidio es un tema tabú, pero para los que tienen algún problema muy grande y que han considerado el suicidio, hablar del tema puede ser lo que les salve la vida. La empatía, comprensión y la sensación de apoyo harán, en muchos casos, que puedan salir de la espiral descendente de pensamientos negativos y de dolor en el que no han encontrado una salida. Siempre hay una salida y podemos ayudar a las personas a encontrar en sí mismos esa ayuda para mejorar.
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El suicidio es la tercera causa de muerte para los jóvenes de edades comprendidas entre los 15 y los 19 años. Cifras según la OMS.
Hay momentos en la vida en que no sabemos qué hacer con nuestros problemas, las dificultades nos cargan y no sabemos cómo seguir adelante. En esos momentos muchos de nosotros buscamos ayuda y tratamos de salir de esta situación, pero para algunas personas es muy difícil pedir ayuda, lo que para otros parece normal, algunos lo hacen muy tarde, o no lo hacen, porque no es normal para ellos o no saben directamente como.
Muchas veces hemos oído la frase: “las personas que dicen que se suicidarán, nunca lo harán, solo quieren llamar la atención”. Muchos estudios han demostrado que las personas dan algunas señales y hablan de suicidarse antes de realizarlo. Esto nos da una razón importante para estar alerta a los mensajes de auxilio que las personas cercanas o amigos puedan estar dando.
Quizás cuando escuchamos a alguien decir “quiero suicidarme” o “ya no quiero vivir”, puede llegar a ser paralizante, estresante y provocar temor, pues no sabemos cómo responder a eso, y quizás nuestras respuestas naturales en lugar de ayudar, pueden alejar a la persona. Algunas de nuestras respuestas frente a estas preguntas pueden ser de condenación: “no está bien que pienses en eso” o “deja de decir de decir esas cosas”; de negación: “no pasa nada, ya se resolverá” o “No pienses en eso”; de incomprensión: “solo tienes que poner de tu parte” o “de que te quejas, si lo tienes todo”; incuso muchas veces de desestimación: “no es para tanto, ya dejarás de sentir eso” o “solo las personas débiles dicen esas cosas”.
Estas palabras las decimos con buena voluntad, esperando que simplemente, como un truco de magia, los pensamientos en esta persona que amamos se vayan, pero… no es tan fácil para ellos, en muchos casos ellos están viviendo un infierno del cual no saben cómo salir, estas palabras carecen de cercanía y de comprensión, y en ocasiones lo único que hacen es alejar a la persona y que se ensimismen más.
Debemos estar preparados para decir y hacer en el momento en que una persona se nos acerque o que sospechemos que quiera suicidarse. Estas palabras no proveen a las persona lo que realmente necesita.
¿Qué pasa en la cabeza de quién piensa suicidarse?
Es importante saber que la gente que tiene ideas suicidas las tiene pensamientos que están cargados de emociones y situaciones vividas, en las que también intervienen algunas deficiencias de neurotransmisores a nivel del cerebro, por eso brindar una respuesta “deja de pensar en eso” no es lo adecuado. En más del 90% de los casos estas personas tienen algún otro trastorno psicológico, como ansiedad, depresión, estrés postraumático, trastorno bipolar, entre otros, inclusive alguna enfermedad física crónica, que los hace tener estos pensamientos. Intenta que la persona se sienta comprendida y valorada por ti, con la seriedad que el asunto merece y muévela a recibir la ayuda profesional necesaria.
Muchas de las personas que han pensado en el suicidio llevan un largo tiempo intentando salir de esto por ellas mismas, en ocasiones han perdido la fuerza y no creen tener el valor para seguir adelante, han llegado tan al fondo de su problema que ya no creen que su vida tenga sentido y sus problemas tengan solución. Llegan a tal punto de desesperanza que ven la muerte como la única salida y solución a los problemas. Esto porque ya han probado muchas cosas sin que funcionen, y a veces se ve como el escape más rápido y efectivo. Esto no quiere decir que la persona no quiera vivir, muy en el fondo si desean vivir, pero no de la manera en que han vivido o están viviendo en ese momento.
Como accionar al saber que alguien quiere suicidarse
Lo primero que debes tener en cuenta es que podemos hablar abiertamente del asunto. Uno de los mitos ante el suicidio es que no se debe hablar del tema, porque se motivará a la persona, pero al contrario, a veces la persona no tiene las palabras para decir que lo ha pensado, y el preguntarle ¿has pensado en suicidarte? (o alguna interrogante similar) podría abrir las puertas a que explique cómo se siente y cuáles son sus pensamientos. Debes saber que entre más elaborada esta persona manifieste su idea de suicidio, más ha pensado en eso y más probabilidades tiene de que lo haga. El hablar del asunto reducirá la posibilidad de que lo haga, ayudando a sacar afuera las emociones desbordantes y será una forma de liberación emocional.
¡Estamos aquí para escucharte!
El hacer preguntas ayuda – podía hacer que la persona explique lo que le está sucediendo, esto con mucha cautela y cuidado, pues la persona puede estar muy susceptible al tema.
Algunas preguntas que ayudan al diálogo pueden ser:
- ¿Cómo estás sobrellevando lo que te está pasando?
- ¿En algún momento has tenido ganas de rendirte?
- ¿Has pensado en la muerte? ¿Qué tan seguido?
- ¿te has hecho daño alguna vez o has pensado en hacerlo?
- ¿Alguna vez has pensado en el suicidio o has intentado hacerte daño?
- ¿has pensado en cómo o cuándo lo harías?
Ofrécele tu apoyo, si la persona te lo está diciendo es porque confía en ti, y es probable que ya haya intentado otras formas de pedir ayuda y no haya funcionado antes, y tú seas su última oportunidad. Trata de mostrar que entiendes lo que pueda estar pasando, sintiendo y viviendo y si no lo entiendes, dilo claramente, dile que te gustaría saber más de la situación para entenderla y permite que la persona hable y se desahogue. A veces si no sabes que decir mejor no digas nada, pero muestra empatía, abrázalo, escúchalo y busca ayuda con algún profesional o motívalo a que la busque. Si eres joven, busquen la ayuda de un adulto en el que confíes. Anima a la persona a entender y exteriorizar las cosas que están lastimándolo y ayúdale a ver más opciones.
Busca en todo momento que la persona esté segura: ya que han hablado, sabes más del problema y la persona se ha sentido apoyada por ti, puedes evaluar el peligro en que se encuentra. De ser un riesgo alto, es importante que sepas que debes limitar el acceso a las cosas que puedan causarle daño. Quita todos los productos de limpieza y químicos que puedan estar en casa, medicamentos, artículos cortantes, entre otros objetos. También trata de no dejarlo solo por mucho tiempo hasta que estés seguro que no hará nada para dañarse.
Realicen actividades que puedan ayudar a salir de la situación difícil: salir a caminar juntos con cierta frecuencia, hacer ejercicios, salir a reuniones familiares o con amigos, entre otras actividades donde cuente contigo. Nunca debes de presionarlo demasiado, debe de ser más un “animarlo” a que pueda probar cosas y rutinas nuevas, así encausar a su vida normal.
Dale seguimiento a la persona. No debes creer que con una o dos conversaciones significativas todo se resolverá, debes mantenerte al pendiente, eso le hará saber que no está solo y que de verdad te interesa por lo que le pasa. Anímale a tomar decisiones hacia su bienestar y lo que será mejor para él.
Busca señales de alerta y busquen ayuda. Como lo se mencionó antes, las personas con ideas suicidas dan algunas muestras de que las cosas no van bien, por eso hay que aprender a escuchar a los demás aunque no estén hablando. No siempre puedes saber que está ocurriendo esto en su interior, pero si ves algunos de los siguientes signos debes procurar hablar con la persona:
- La persona saca el tema del suicidio en la conversación, mostrándolo como solución o decir que la vida sería mejor sin él o ella.
- Retraimiento de la vida social y deseo de estar solo sin sentido alguno.
- Tener cambios de humor, de euforia a tristeza muy fuerte al día siguiente.
- Sentir desesperanza o impotencia ante una situación.
- Consumo de álcool ou drogas, principalmente se for em excesso.
- Mudanças na rotina normal, como hora de dormir ou comer.
- Fazer coisas arriscadas e autodestrutivas, como dirigir de forma perigosa.
- Distribuir seus pertences ou deixar “suas coisas em ordem”.
- Despede-se das pessoas parecendo que nunca mais as verá.
- Se sofreram alguma mudança, como a morte de um ente querido, problemas financeiros, diagnóstico de uma doença grave, entre outras coisas.
- Perda do interesse em atividades habituais e negligência com a aparência pessoal.
Evalúa la situación e intenta ayudar.
Después de algunas conversaciones con la persona, y según las señales de alerta que mencionamos, intenta hacerte una idea del riesgo que está corriendo en relación al suicidio. A continuación mencionamos algunas ideas sobre cómo ayudar a esta persona.
Si el riesgo de suicidio parece bajo, algunos signos:
Puede ser que la persona esté pasando por un momento difícil en su vida. Los problemas pueden ser difíciles y puede haber otras dificultades. Es posible que incluso hayas pensado en el suicidio y es importante hablar con la persona antes de que dichos problemas sigan creciendo y lleven a la persona a considerar cada vez más la idea del suicidio. Se podría tener en cuenta la ayuda de un profesional, para que la persona mejore y pueda salir de esta situación. La tristeza y el dolor pueden ser parte de la vida de la persona y el apoyo es importante para que pueda seguir adelante con su vida.
Si hay muchos signos, busque ayuda profesional de inmediato:
Los problemas de la persona son sumamente opresivos y no ve solución a todo lo que siente y experimenta. Es probable que la persona haya pensado en suicidarse y que intentarlo sea sólo cuestión de tiempo. Debes tomarte el tiempo para hablar con la persona para que pueda expresar todo lo que siente. Si es posible, no la dejes sola. Busque ayuda profesional de inmediato para evaluar y monitorear a la persona. Habla con otras personas sobre la situación de la persona para formar una red de apoyo. Muéstrale que no está sola en esta terrible lucha, que es una persona querida y amada y que su vida tiene mucho valor.
¡Estamos aquí para escucharte!
¿Y QUÉ MÁS?
Es muy importante que sepas que prestar atención a los mensajes que las personas envían en estos momentos difíciles puede salvarles la vida. Estar a su lado puede ser la única esperanza que tengan. Ser amables y mostrar nuestra preocupación les hará ver que alguien se preocupa por ellos y que todo puede estar bien.
Demuestra que estás disponible, habla con amor, ayudando a la persona a desahogarse. Acompañar a la persona en este proceso con constancia e interés. Nunca dejes de buscar ayuda profesional para ella. Recuerda que es importante crear una red de apoyo con otras personas de tu alrededor, que aman y se preocupan por la vida de la persona.
Refuerce siempre la idea de que la persona es amada, es importante y su vida tiene mucho valor.