Autor: Patricia Nagel

Ellos entran, salen, corren, saltan, suben, bajan, siempre están en movimiento, interrumpen, preguntan, se meten, hacen ruidos, suspiran, mueven mucho las manos o los pies, pasan mucho tiempo buscando, armando y luego vemos que aún no han comenzado a hacer lo que se han propuesto. Muchas veces esto produce incomodidad y es tomado como mala conducta, desobediencia o hasta como una burla de su parte. Otras veces simplemente están quietos, callados, con la mirada fija o perdida, y cuando deben responder o actuar, parecen haberse perdido de todo lo que ha pasado, simplemente no se enteraron de lo que sucedió.…

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